Auge de series argentinas: el Mercado Audiovisual y sus desafíos
De la mano del crecimiento de las producciones audiovisuales realizadas en el país para su distribución en plataformas globales de video a demanda, aparecen tensiones relacionadas con el empleo, la concentración, las cuotas de pantalla y el marco regulatorio. ¿Qué proponen los proyectos presentados en Argentina? ¿Qué antecedentes hay a nivel mundial?
En el último lustro, se produjo un crecimiento notable de las producciones audiovisuales realizadas en el país para su distribución en plataformas globales de video a demanda. Solo por nombrar algunas, en los últimos dos años, se estrenaron «El marginal» (Netflix), «El encargado» (Star+), «Iosi, el espía arrepentido» (Prime), “El reino” (Netflix), “El fin del amor” (Prime), “Santa Evita” (Star+), “División Palermo” (Netflix), «Entre hombres» (HBO), «Camino a Qatar» (Prime), entre varias otras que marcan una etapa de auge de los productos argentinos en las aplicaciones globales de streaming.
Más allá de la buena noticia, se abre una serie de preguntas en relación aqué consecuencias tiene en el mercado audiovisual local, qué políticas regulatorias se deben plantear ante el nuevo escenario y hacia dónde va el sector.
Entre los especialistas hay consenso: en los últimos años, en Argentina, se produjo un notable crecimiento del Valor Agregado Audiovisual. Dentro del VAB cultural, actualmente la producción audiovisual representa un quinto del total, según los datos que aporta el SINCA. En 2020, el VAB cultural fue de 410 mil millones de pesos, lo que, a precios constantes, equivale al 2,4 por ciento del VAB del total de la economía. La complejidad aumenta si se tiene en cuenta que, según el INCAA, son 98 en total las plataformas de streaming de video consumidas en el país.
El saldo de la balanza comercial cultural de 2019 pasó a reflejar un superávit de 100 millones de dólares. Sin embargo, las importaciones de streaming se triplicaron entre 2015 y 2019.
Cabe señalar que, sintéticamente, el VAB cultural se compone de los servicios de internet de fotografías publicitarias, libros y diarios online, descarga y streaming de películas y otros contenidos de video, música, publicidad y videojuegos en línea.
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Ahora bien, el fenómeno de las producciones argentinas en asociación con las plataformas, como es usual, tiene dos caras: por un lado, es una gran vidriera para el mercado audiovisual argentino, mientras que, por el otro, se encuentra la tendencia a distintos tipos de concentración a la vez que lanza la pregunta sobre cuánto queda realmente para el país.
Desbalances
Resulta comprensible que el último lustro haya sido testigo de debates intensos, proyectos de ley y reclamos, ya que tras varios años de déficit, recién en 2019 la balanza comercial cultural fue superavitaria.
El saldo de la balanza comercial cultural de ese año reflejó un superávit de 100 millones de dólares. Para que así fuera, la producción audiovisual cumplió un papel clave. El crecimiento interanual fue de un 121%, según el SINCA.
En simultáneo, las importaciones de streaming se triplicaron entre 2015 y 2019, lo que representó el 49% de las importaciones totales de servicios culturales. En 2020, la balanza volvió a ser deficitaria, aunque la clave era que se atravesaba el primer año de pandemia por el COVID-19, el cual tuvo como una de sus principales medidas la restricción total de la circulación. Ese año, la balanza comercial de servicios culturales exhibió un saldo negativo de 316 millones de dólares. En total, en 2020, Argentina gastó 556 millones de dólares en importación de servicios audiovisuales.
Un punto no menor es que, para cuantificar este aspecto, en 2018 la Dirección Nacional de Cuentas Internacionales del INDEC desarrolló una metodología para estimar las importaciones de servicios digitales a partir de los relevamientos realizados a través de la AFIP.
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Según el SINCA, en 2020, en medio de las restricciones por la pandemia a causa del Covid, Argentina gastó 556 millones de dólares en importación de servicios audiovisuales en 2019
En “Producciones argentinas para plataformas: su dimensión económica en la industria audiovisual local”, Mariela Baladrón y Ana Bizberge destacaron, con cifras que fundamentalmente corresponden a 2018 y 2019, que “al ponderar la importación de servicios digitales pagados por hogares argentinos, observamos que el 61% correspondió a streaming de video, lo que representó U$S 70.080.627 durante el primer trimestre de 2019. Aproximadamente, el monto mensual por IVA que devino de estos servicios fue de U$S 4.905.644”.
La expansión de las producciones argentinas que llegan a las plataformas de streaming volcó sobre la mesa la tensión impositiva, ya que los impuestos representaban alrededor del 20 por ciento del total de la producción. Las autoras mencionadas lo especifican más aún: el IVA significaba el 9%, aportes y contribuciones a la AFIP 7%, cargas sociales 3% e impuesto a débitos representaba el 1%. De aquí que una de las demandas de las productoras de todo el país haya sido la devolución del IVA y el impuesto a los servicios de exportación.
El VAB Cultural creció de tal manera, con el mercado audiovisual como uno de sus principales motores, que, en 2020, aportó tanto como el sector energético, superando al valor agregado por hoteles y restaurantes.
También, se puso el foco sobre el empleo que producen, ya que , con casi el 40%, el sector audiovisual es el rubro que genera mayor cantidad de puestos de trabajo registrado dentro de la cultura. En este aspecto, Baladrón y Bizberge marcan que grandes, medianas y pequeñas empresas dedicadas a productos para plataformas, en relación con el total de puestos de trabajo registrados en el sector cultural en 2018, representaron casi el 3% de los empleos. En 2020, aportó Mariana Kunst, coordinadora del SINCA, la cantidad de puestos de trabajo privados comprendidos en los sectores y actividades culturales, con el mercado audiovisual como principal motor, representó el 1,7 por ciento del total del trabajo privado del país.
En términos de remuneraciones, los puestos de trabajo directo fueron el 0,5% de las remuneraciones totales de trabajo registrado en el sector audiovisual en 2018 y el 0,64% si se considera también el trabajo indirecto.
Todo esto se da en un proceso de concentración, ya que por ejemplo, en Argentina, Netflix representa significativamente la mayor parte de los suscriptores, seguido por Prime Video y Disney plus. No obstante, dada la opacidad con la que se manejan las plataformas, entre los especialistas existen divergencias sobre la participación de mercado por parte de los distintos jugadores en el país. Todo esto llevó a que diferentes actores de la industria audiovisual presentasen proyectos de ley, tomando en cuenta los nuevos desafíos y movimientos que también se están produciendo en todo el orbe.
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De leyes y proyectos
En los últimos años, en Europa, una decena de países establecieron objetivos de inversión por parte de las plataformas, y cuotas de pantalla para el contenido local.
A título de ejemplo, Francia, echando mano a una directiva de la Unión Europea, adoptada en 2018, exigió a las grandes plataformas globales que inviertan al menos el 20% de su facturación en producciones europeas. En ese momento, Netflix, Amazon y Disney se comprometieron a inyectar un piso de 250 millones de euros en Francia cada año a partir de 2022, independientemente de la calidad de los proyectos disponibles.
En Argentina, a lo largo de 2022 se presentaron dos proyectos en el Congreso de la Nación. Primero, fue el turno del elaborado por la Multisectorial Audiovisual, que desde hace años viene trabajando en relación con la importancia de la regulación del «Ecosistema Audiovisual Argentino”. Uno de sus objetivos es actualizar la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
A la hora de fundamentar el proyecto, la Multisectorial sostuvo que «la frontera del audiovisual no puede quedarse en los aparatos de recepción que conocemos como radio o televisión. Por ello, debe asumirse la responsabilidad colectiva de actualizar el marco legal en tiempos de plataformas digitales e Internet».
El proyecto de la Multisectorial Audiovisual procura actualizar la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, procurando, por ejemplo, garantizar cuotas mínimas de pantalla para la producción nacional en las plataformas globales.
No obstante, señala la Multisectorial, la ausencia de un marco de normatividad nacional específico sobre los nuevos servicios de comunicación audiovisual «reduce sus responsabilidades de curaduría o edición, tributarias, laborales e informativas, lo cual conspira con condiciones de igualdad respecto de prestadores radicados en nuestro país, en cada una de nuestras provincias».
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Parte del articulado se relaciona con una regulación de todo el sector audiovisual (video y audio a demanda y otras plataformas), tratando de aportar a la producción y al trabajo de toda la cultura argentina con plena participación federal. Es por eso que establecen que se deberá garantizar la inclusión en su catálogo o biblioteca digital un mínimo de un 20% de producciones musicales , televisivas y contenidos audiovisuales. Ese porcentaje, también, para la visibilidad en la interfaz de las plataformas.
Por otro lado, en diciembre de 2022, el proyecto presentado en el Congreso Nacional por parte del Espacio Audiovisual Nacional propuso la creación del Consejo Federal de Cine y las Artes Audiovisuales (CoFeCAA). Este estaría conformado por diferentes representantes y delegados culturales de todo el país y la persona que se encuentre presidiendo el INCAA.
A partir de una directiva de la Unión Europea, adoptada en 2018, Francia exigió a las grandes plataformas globales que inviertan al menos el 20% de su facturación en producciones europeas
La idea busca resolver aquellos nuevos desafíos que no contempla la Ley de Cine Nº17741, buscando incrementar el fondo de fomento y asegurar una cuota de pantalla que «defienda la identidad cultural».
El documento explica que «destina exclusivamente a proyectos generados por las provincias el 25% de los fondos para la producción, distribución y exhibición de producciones audiovisuales nacionales».
El proyecto presentado por el Encuantro Nacional Audiovisual plantea incrementar el fondo de fomento y asegurar una cuota de pantalla que «defienda la identidad cultural». También, destina fondos para proyectos generados por las provincias.
«Como mínimo, la Cuota de Pantalla en las plataformas previstas precedentemente y en los medios que transmiten televisión por suscripción en un total superior al 50% de su programación diaria, será del 35% de producción audiovisual nacional», indica el proyecto.
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Por otro lado, subrayaron que el 75% de la cuota de pantalla establecida deberá ser de producción nacional para su estreno comercial con una antigüedad no mayor a dos años. En lo concerniente a las salas de cine, el cupo será de un 30% de estrenos de películas nacionales diferentes, dentro del calendario trimestral de estrenos de cada sala.
Para que las producciones sean consideradas nacionales deberán reunir distintas condiciones, como ser habladas mayoritariamente en castellano o lenguas de pueblos originarios del territorio nacional; ser realizadas por equipos técnicos y artísticos de nacionalidad argentina o extranjeros que residan aquí; y haberse mayormente pre-producido, rodado y post-producido en el país.
Hasta ahora, ambos proyectos ingresaron en la mesa de entradas del Congreso Nacional, pero no tienen fecha de discusión en las comisiones parlamentarias.
En síntesis: auge de producciones locales para las plataformas globales, importaciones, tensiones impositivas, programas de fomento, cuotas de pantalla son temas que llegaron para quedarse. Un mercado audiovisual potente y en movimiento permanente como el local componen el escenario ideal para un debate, que encuentre la forma de potenciar un contexto tan promisorio.