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Agenda, mercados y festivales

Con incentivos fiscales, Uruguay atrae productoras argentinas

Cada vez más producciones argentinas se desplazan hacia Uruguay, producto de una política de Estado para la industria audiovisual que actúa de imán.

No sorprende a nadie: la explicación para cruzar Uruguay con el objetivo de filmar historias argentinas es, fundamentalmente, económica.

Sobran los ejemplos: una casa de Pocitos se convierte en el set de rodaje de El caso Barreda, la película con Luis Machín, Carla Peterson y Mercedes Morán como protagonistas. Las calles de Ciudad Vieja se convirtieron en la escenografía de distintas escenas de Cromañón (Prime Video), la serie que dio cuenta del incendio en el que en 2004 murieron 194 jóvenes. El Gran Parque Central (estadio de Nacional), el estadio Tróccoli (Club Atlético Cerro), el antiguo Mercado Modelo, el complejo habitacional Euskalerría o el Club Neptuno fueron algunos de los espacios en los que se filmó Barrabrava (Prime Video). El viejo bar Oxford, en Andes y Paysandú en Montevideo, fue el uno de los principales escenarios de las dos temporadas de Porno y helado (Prime). Incluso, ocurrió lo propio la continuidad de Floricienta, la serie Margarita (HBO Max).

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Como ya ha contado Mercado Audiovisual, el Programa Uruguay Audiovisual busca atraer inversiones no solo de su país vecino. Según información oficial, de las 24 semanas de rodaje de producciones extranjeras en 2019 aumentaron a 40 en 2020. En pandemia, llegaron a 142 semanas. Actualmente, oscila entre 70 y 80 semanas.

Una de las principales herramientas utilzadas es el cash rebate, por medio del cual las productoras extranjeras que gasten entre US$ 300.000 y US$ 3 millones pueden acceder a un reembolso del 25% de lo que inviertan en Uruguay (con un tope de US$ 750.000) y del 20% si el monto invertido supera a los US$ 3 millones (con un tope de US$ 1 millón).

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