Los indicios suelen ser signos claros y evidentes de lo que está sucediendo, generalmente lejos de la vista de la mayoría.
Hace unos días, hubo un indicio muy claro del grado de desarrollo que está alcanzando la industria latinoamericana de animación. En esa oportunidad, el programa Ibermedia Next presentó en el festival mexicano Pixelatl el balance de su segunda convocatoria, que repartirá tres millones de euros con el objetivo de fomentar el potencial y la creatividad de la animación iberoamericana. Entre los países más representados destacan Argentina con 83 proyectos, México con 44, Colombia con 41 y Brasil con 35.
Nada mal si se tiene en cuenta que en 2023, la industria global de animación registró un valor de mercado de aproximadamente 353.600 millones de dólares.
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Pero las novedades para Latinoamérica no concluyen ahí. Casi en simultáneo, Weird Market, Mercado Internacional de Animación, Videojuegos y New Media, dio a conocer los 180 proyectos de animación, videojuegos, cómics y juegos de mesa que participarán en su decimosexta edición, a desarrollarse el 4 y 5 de octubre en la ciudad española de Valencia. En la selección de largometrajes hay dos proyectos con participación de la región: “El viaje de Azul” de Aline Romero, coproducción entre España y México de Mansalva Films, y “Norbert”, de José Corral Llorente, producido entre España y Argentina (Hallowaian, Capitán Araña, Aquí y Allí Films, Vista Sur). Entre las series seleccionadas también hay dos con participación latinoamericana: “La van» de Alessio Del Pozo Temoche, producida por la portuguesa Sardinha em lata en coproducción con la brasileña Chatrone y la peruana Apus Estudio, y “Wis contra el lente binario” de Angie Cornejo, una producción hispano-argentina de Mil Monos Cine.
El viraje venía registrándo una curva marcada fundamentalmente desde la pandemia. Ya en 2023, José Iniesta, cofundador del mencionado Pixelatl, donde se impulsa a creadores en la animación, los videojuegos y el cómic, subrayó que en Latinoamérica, empresas de la talla de Cartoon Network, Warner Bros o DC Cómics tienen presencia constante para cazar talentos y desarrollar producciones que reflejen su identidad cultural.
Más allá de Argentina, Brasil y México, países como Chile y Colombia vienen creciendo a pasos agigantados. Por caso, en 2023, la industria de la animación explicó gran parte de las exportaciones de la economía creativa de Chile.
Los especialistas no dudan en señalar que la pandemia fue el momento en que se consolidó el incipiente progreso de la industria de la animación y efectos visuales en la región y, a la vez, ofreció oportunidades para que los jóvenes desarrollaran su creatividad.
El concepto de “nearshoring” en la animación comenzó a ganar terreno en 2020 cuando muchas cadenas de producción de Asia trasladaron sus operaciones a América Latina. Este cambio se reveló como una forma eficiente de producir contenido de alta calidad. En palabras del mencionado Iniesta, “estamos produciendo en la región una cantidad significativa de animación para estudios internacionales”.
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Un hito fue la película de «stop motion» Pinochio, del director mexicano Guillermo del Toro y ganadora de un Óscar a Mejor Película Animada. Se trata de una de las producciones más visibles, de esta industria a la que, de acuerdo con informes del sector, las empresas independientes han apostado desde hace al menos dos décadas tanto en México, Chile como en Argentina o Brasil.
Ya en 2015 Netflix anunciaba la producción en Latinoamérica de la serie animada «Las leyendas». No era una novedad, era un punto de partida que iría robusteciéndose año a año. Las Leyendas contó con la producción ejecutiva de Fernando de Fuentes y José C. García de Letona de Ánima Estudios, estudio de animación mexicano.
Al año siguiente, Chile dio un golpe sobre la mesa y, por medio de su cortometraje “Historia de un oso”, dirigido por Gabriel Osorio y producido por Punkrobot Studio, ganó el Oscar a Mejor Cortometraje Animado en 2016.
Disney, Amazon Prime o Netflix anunciaron fuertes inversiones en proyectos audiovisuales y de animación en Latinoamérica, sin embargo hay un dato que alarma: pocos de los talentos que surgen en estas colaboraciones se quedan o contribuyen al crecimiento de la industria en sus países. Es por eso que uno de los principales retos es desarrollar propiedades originales de América Latina para América Latina.
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En síntesis: la secuencia muetsra que la animación latinoamericana se encuentra en una etapa de auge , con producciones que obtuvieron reconocimiento internacional, dejando a la vista de todos el talento y la creatividad. Sin embargo, este crecimiento tiene, en el debe, el fortalecimiento del mercado interno. Será cuestión de ir por el próximo peldaño.