Para Ariana Saiegh, todo cambió en 2019, cuando, como guionista, presentó un proyecto en un mercado español que se realiza en Islas Canarias. A partir de ahí se sucedió una serie de reuniones, que más allá de plasmar el proyecto le dio una trama de relaciones que se fue retroalimentando con el tiempo. “No siempre lográs que te compren un proyecto, pero vas haciendo camino. Tal vez, de esas reuniones sale que necesitan un guionista para algo que ya tienen. Se puede decir que es parte del lobby audiovisual, que es tan necesario para ir avanzando paso a paso”, asegura Saiegh quien en 2020 se incorporó a Pampa Films.
Hasta ese momento, Saiegh se había enfocado en su ascendente tarea como productora. El camino para ella había comenzado a delinearse durante los últimos años de la carrera de Dirección en la Universidad del Cine, cuando comenzó a trabajar como productora de los cortos que realizaba la Facultad. Saiegh está segura que agarró, y aprovechó al máximo, “las burbujas audiovisuales de los diferentes años: desde Canal Encuentro cuando estaba en su esplendor hasta UNTREF TV, canal de series cortas”.
A partir de ese momento, Saiegh formó parte de diversas producciones entre las que se encuentran los ciclos Presidentes de Latinoamérica, Caudillos y Batallas de la Libertad, transitando por diferentes funciones dentro de su rol como productora. Mientras se desempeñaba como productora, en silencio, alimentaba su faceta como guionista. Era trabajar y trabajar a la espera de una oportunidad. Seguramente, muchas de esas imágenes se le cruzaron por la cabeza cuando “Familia de diván“, escrita por Saiegh y dirigida por Alejandro Ciancio, se alzó con el premio a Mejor Ficción en la edición 2024 de los premios Martín Fierro.
¿Tenés una rutina de trabajo para escribir?
Ariana Saiegh: Escribo mucho a la mañana, más cuando me despierto temprano. Me hago mate y me pongo a escribir.
¿Tenés un sistema propio?
AS: Tengo varios sistemas. Escucho mucho esto del miedo a la página en blanco, lo cual me parece que es una idea que se formó de las películas. Sin embargo, en mi caso, como soy muy esquemática, no llego nunca a la página en blanco. Voy trabajando de a poco. Por ejemplo, sobre qué quiero hablar. ¿Cuál va a ser el concepto? ¿Qué tipo de protagonista me gustaría? Entonces, esa es una etapa de palabras sueltas, frases.
¿Vas componiendo con retazos?
AS: Claro, teniendo en cuenta de qué se va a tratar. No solo desde la anécdota o la aventura, sino también desde el concepto. Quiero hablar sobre la separación de una pareja a lo largo de los años. “Familia de diván”, por caso. Es una serie que se trata de dos psicólogos que deciden separarse y cómo eso afecta a toda una familia. Ese es el tema de fondo: cómo todos se ven afectados por una separación, y vamos viendo a lo largo del tiempo le pega a cada integrante de la familia. O “Entre paredes”, la serie que estoy haciendo para México. Es una comedia romántica con un montón de trazos clásicos, pero en el fondo está hablando del miedo al compromiso y cómo los miedos internos nos terminan afectando en las relaciones para afuera.
Según Saiegh, en todo este proceso, “las biblias son sagradas. Son 50 o 60 páginas en las que está todo el tratamiento, pero para llegar a eso estuve un mes en el (programa) Miro, donde armé la estructura de cada episodio, encontrándole el tema a cada episodio y demás. La clave es darle tiempo a cada instancia, y no irse directamente al guión. Mi forma es tener todo muy claro cuando llego al guión”.
En función de tu experiencia, y teniendo en cuenta el contexto, ¿qué les sugerirías a la hora de concretar sus proyectos a quienes están dando sus primeros pasos?
AS: Ahora existe algo que hasta hace un tiempo no, me refiero a los mercados en donde las plataformas o grandes productoras con llegadas a plataformas piden proyectos directamente a los guionistas. A veces, es guionista y productor o casa productora, pero muchas veces piden especialmente que no haya casa productora. Por ejemplo, ahora participé de Iberseries, un mercado que se hace en España, donde hay muchas y distintas convocatorias que las hacen directamente las plataformas. Algunas, como Amazon y Paramount te decían con casa productora. Sin embargo, también estaban la mexicana 3pas o Dopamine, que pedían exclusivamente sin casa productora, porque la casa productora son ellos. Creo que ir como guionista a estos mercados y tratar con las plataformas es la forma de entrar.
¿Qué haría hoy, en la Argentina actual, la Ariana que daba sus primeros pasos hace 15 años?
AS: Creo que cada época tiene como su burbuja audiovisual. Si en aquel momento eran Encuentro, la TV Pública, ficciones lineales en el mundo Polka o en Telefe, creo que ahora no hay una puntual aunque siguen existiendo las ficciones en las plataformas. Post pandemia es más fácil trabajar para otros países. En mi caso, trabajo mucho para México, por ejemplo. Hoy está bueno pensar en otros países. Si escribís en inglés, buscar convocatorias en ese idioma. En la escritura y en la forma de armar equipos, hay algo muy global al unir personas de diferentes nacionalidades. Lo que recomendaría es eso: tengan un ojo en Argentina, pero también traten de abrirse a Latinoamérica, donde puedan trabajar proyectos en conjunto.
¿Creés que el presente del país va a reubicar a Argentina en el universo audiovisual?
AS: Somos muy respetados los argentinos en el mundo audiovisual. Los guionistas, los directores, los técnicos, son muy respetados, lo cual es muy bueno. Hay mucha educación y creatividad, por lo cual, por ejemplo, argentinos que se van a México suelen encontrar trabajo de lo propio. Es una virtud que tenemos. Es difícil saber cómo está hoy Argentina. El año pasado fue grave, por decirlo de alguna manera. Por caso, las plataformas, ante la baja de suscripciones, vieron a la Argentina como un país chico, entonces no invertían. Eso me parece que se está revirtiendo y va a mejorar. No sé qué va a pasar con el INCAA y con todos los que venían del mundo de hacer películas, pero es importante saber que nada es para siempre. Hay olas, ahora por ejemplo Telefe quiere volver a hacer ficción.
En una entrevista comentaste, que el género que más te gustaba como creadora es la comedia: ¿ Por qué?
AS: Creo que en parte es por algo innato mío, como la ironía, lo que me divierte a mí a la hora de escribir y también puede tener que ver con cómo me crié. Soy de la generación que vio nacer el zapping, que vio la globalización del cable. Entonces, empezaban a llegar novelas y melodramas de otros países. Era algo impensado a los 12 años, porque apenas si había cinco canales. Haber visto mucha comedia hace que me guste escribirlo. Pero sobre todo tiene que ver conmigo. Me cuesta mucho más el thriller, entonces fui virando hacia ese lado. Me pasa mucho que si trato de hacer un drama me resulta inevitable poner ironía, humor negro. Es algo que va con uno, por lo que, de repente, llevaste una ciencia ficción a una comedia de ciencia ficción.
A medida que avanzó tu carrera, fuiste conformando equipos con integrantes de diferentes países. ¿Qué te aporta esa multiculturalidad?
AS: Trabajé mucho como coordinadora de desarrollo, fundamentalmente en estos últimos años en Pampa Films, que es una productora que especialmente en desarrollo es muy grande en Latinoamérica. Estuve como coordinadora en proyectos para Brasil, México, Argentina. Desde ahí pude ver la organización con una mirada global. Ahí, también, me di cuenta que, sobre todo, en proyectos que nacían en Argentina pero se hacían para México o Brasil, por ejemplo, hay una mirada argentina que es muy importante a la hora de ver la estructura, entender dónde funciona los capítulos. Entonces, comprendí que en proyectos así tenía que haber una mirada argentina y también un equipo mixto, lo cual es fundamental para comprender la idiosincrasia. Lo hice en Brasil pero también lo llevé a México para “Entre paredes”, la serie que se estrena el año que viene y en donde me parecía fundamental sumar al equipo a un guionista de México desde el minuto cero. Eso es algo que quien compra tiene que tener confirmado desde el día uno. Por eso, sentía que era necesario tener a una persona de ese país que nos fuera diciendo si eso pasaba o no en su país. Hay una parte en que está el encargado de edificio, y yo quería armar una historia de amor entre el encargado y una de las personas que vivían en el edificio. Y él me explicó que en México eso era imposible por la diferencia social. Hay cosas que te las tiene que contar alguien del país para que sea verosímil para quien las ve. Por eso es tan importante que haya equipos mixtos para casos en los que, como este, una argentina escribe y vende una serie para otro país. No creo que sea algo para todos los proyectos.