Después de haber transitado un año de éxitos de producción y de múltiples reconocimientos internacionales, el 2023 termina con desconcierto para el sector audiovisual argentino, que se organiza para transitar, por lo que se ve, un 2024 de crisis.
Con el cambio de Gobierno, se han instalado ideas que, a contrapelo de lo que sucede internacionalmente, carecen de una visión estratégica del sector audiovisual, desconociendo el impacto económico, laboral, además del cultural, que la producción audiovisual tiene en el país y en otras regiones del planeta.
El 27 de diciembre el gobierno de Javier Milei, presentó un proyecto conocido como “Ley ómnibus”, para ser tratado en sesiones extraordinarias en el Congreso Nacional. Este incluye, entre otras cosas, el desfinanciamiento del Instituto Nacional de Cine y Artes audiovisuales y deja en un limbo el financiamiento para la prestigiosa Escuela Nacional Cine, ENERC.
La ley enviada al Congreso no solo desfinancia al Instituto de Cine, si no que avanza sobre su autarquía, despojando a la entidad de la autonomía en las decisiones y su administración. Si bien el INCAA es una institución perfectible, su desfinanciamiento sería un grave error estratégico difícil de revertir, dada la relevancia de esta institución para la promoción de una actividad de gran impacto económico, cultural y social.
Así lo sostiene, por ejemplo, CAIC, la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica, que postula que ”para fortalecer este momento trascendental no es necesario recortar sino crecer”, ya que “no hay actividad audiovisual sin una fuerte presencia del Estado, ni aquí ni en ninguna parte del mundo”.
Cuando en México, Colombia, Brasil o Argentina se hace una película o una serie, cada inversión monetaria del Estado tiene un efecto multiplicador con tasas de ganancias que llegan a duplicar la inversión original
¿Qué pasa en otras partes del mundo con el fomento audiovisual?
Estudios desarrollados por distintos países comprobaron que la inversión audiovisual no es un gasto si no una inversión muy rentable, ejemplo de inversión de las subvenciones estatales al sector audiovisual en diferentes países comprueban que:
1.En Reino Unido: Un estudio de la Academia Británica de Cine y Televisión (BAFTA) en 2020 encontró que cada £1 de inversión del Fondo de Contenido de la BBC generó un retorno de £1,50 en la economía del Reino Unido. El fondo apoya la producción de contenido audiovisual independiente y ha ayudado a impulsar la industria en el país.
2.En Canadá: Un estudio realizado por la firma KPMG en 2018 encontró que cada $1 invertido por el gobierno canadiense en el crédito fiscal para producción de cine y televisión generó un retorno de inversión de $1,53 en el PIB del país.
3.En Australia: Una investigación realizada por Screen Australia en 2016 encontró que cada $1 invertido en la producción de contenido audiovisual generó un retorno de inversión de $3,60 en el PIB del país.
4.España: En 2020, un estudio encargado por el Ministerio de Cultura y Deporte de España encontró que cada €1 invertido en la producción de cine y televisión generó un retorno de inversión de €3,68 en la economía del país.
A estos datos se suman en Latinoamérica, los relevados en el informe realizado en colaboración por Netflix, Deloitte y el Banco Interamericano de Desarrollo, que destaca entre otras cosas que cuando en México, Colombia, Brasil o Argentina se hace una película o una serie, cada inversión monetaria del Estado tiene un efecto multiplicador con tasas de ganancias que llegan a duplicar la inversión original, similar situación a lo que pasa en el resto del mundo.
Si bien el INCAA es una institución perfectible, su desfinanciamiento sería un grave error estratégico difícil de revertir, dada la relevancia de esta institución para la promoción de una actividad de gran impacto económico, cultural y social
Según este estudio privado, se recomienda entre otras cosas que los países de la región, deben apuntalar la promoción audiovisual, promover la sinergia público privada y fomentar la formación de calidad para fortalecer una industria que cada vez demanda más contenido en español.
En este sentido es singular el llamado que se realiza a los legisladores latinoamericanos para que estudien el sector y sus implicancias económicas y sociales. “Los legisladores deben tomar en cuenta el impacto económico más amplio de la industria audiovisual cuando consideran las intervenciones normativas para apoyar el crecimiento”.
Sería bueno que, así como pasó en otros momentos, los legisladores de todas las fuerzas y la coalición gobernante puedan estudiar los pormenores de fomentar más y mejor la actividad, hecho que redundará en múltiples aspectos , entre otros, los del desarrollo económico buscado.