La convocatoria para la 10º del Festival Internacional de Cine de las Alturas, que se celebrará en Jujuy en 2025, se acerca a su fin, el 15 de noviembre. A propósito, Mercado Audiovisual entrevistó a Jimena Muñoz, su directora, quien adelantó que se vivirá «una edición con maravillosas películas, con la presentación de directores y directoras en las salas de cine de la provincia, encuentros con profesionales destacados de la industria, y un feliz balance en retrospectiva de estos diez años de desarrollo y fomento a la industria audiovisual andina».
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El festival se acerca a su décima edición: ¿cuáles fueron los principales logros de estos años? ¿Qué aparece en el horizonte? Jimena Muñoz: Sin lugar a dudas el logro más destacable de estos diez años es habernos posicionado como el festival más importante de cine de la región, siendo el único evento de carácter andino. En estos años descubrimos grandes talentos de la industria a lo largo de la cordillera: realizadores, directoras y directores que pasaron por las ediciones con sus historias, sus obras. Además de las miles de películas que se exhibieron, el festival logró potenciarse con formación académica brindando diálogos con expertos, clases magistrales y talleres formativos con reconocidos y premiados profesionales y maestros de cine. Estos espacios promueven el talento local creando oportunidades para el desarrollo de la industria local y regional. Otro de los logros a destacar es la conformación del Instituto de Artes Audiovisuales de la Provincia que nos permitió ordenar cada área de la industria, y de esta manera pensarnos como un todo. El festival depende actualmente del IAAJ y es el pilar principal de la exhibición, contando además con un Cine Móvil que recorre todos los rincones de la provincia con proyecciones y actividades especiales.
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«El Festival año a año ha demostrado adaptarse al contexto y a las transformaciones sociales. En lo que respecta a las nuevas tecnologías, a las nuevas pantallas o formas de ver y consumir cine, nos fuimos adaptando a cada contexto».
¿Qué expectativas tienen para la edición que se celebrará en 2025? ¿Habrá alguna novedad en comparación con los años anteriores? ¿Qué nos pueden adelantar? JM:Las expectativas son altas, son diez años… Adelantamos una edición con maravillosas películas, con la presentación de directores y directoras en las salas de cine de la provincia, encuentros con profesionales destacados de la industria, y un feliz balance en retrospectiva de estos diez años de desarrollo y fomento a la industria audiovisual andina.
El festival se convirtió en una experiencia de gran importancia para la región y como vidriera del cine andino, ¿es el piso o es el techo delproyecto que se inició hace una década? JM: El Cine de las Alturas no tiene techo, y esperamos que esto sea la base para que siga creciendo exponencialmente, como lo viene haciendo, es un espacio muy valioso. Con todos los avances tecnológicos que se viven, ¿cómo visualizan el Festival de acá a cinco o diez años? ¿Se puede pensar a largo plazo? JM: El Festival año a año ha demostrado adaptarse al contexto y a las transformaciones sociales. En lo que respecta a las nuevas tecnologías, a las nuevas pantallas o formas de ver y consumir cine, nos fuimos adaptando a cada contexto. Desde el año 2020 contamos con nuestra plataforma web para los espectadores online que no llegan a las salas. En el 2022 incorporamos un domo para proyectar contenido inmersivo y producciones de realidad virtual. Este año proyectamos en sala la primera película realizada con inteligencia artificial. De esta manera configuramos un evento que se actualiza constantemente y que ofrece a su público diversas plataformas y medios para llegar a más personas. Además de las tecnologías, venimos construyendo una sección paralela de Accesibilidad, esto también es el futuro. La sección de Accesibilidad Audiovisual es sin lugar a dudas un avance en lo que respecta a la inclusión, y a través de la accesibilidad logramos un festival apto para todo público, con películas adaptadas para personas que no pueden acceder a los contenidos tradicionales en el cine.