Mercado Audiovisual viene analizando lo que implica sobre el sector las medidas que está tomando el gobierno nacional sobre el INCAA. Por ejemplo, acá y acá.
Uno de los polos audiovisuales sobre los que se puso el foco fue Mendoza, producto de medidas activas que en la última década tomaron los diferentes gobiernos provinciales. Eso llevó a que, por ejemplo, en 2023 se anunciase el rodaje de 17 películas que se vieron beneficiadas por el cash rebate.
«Al margen de los discursos de ajuste, motosierra y demás exabruptos, hay una gran dosis de ignorancia y desconocimiento en el tema y argumentos falaces con una sorprendente superficialidad», dijo Marcelo Ortega, presidente de FilmAndes
Uno de los que se expresó en público sobre la situación actual fue Marcelo Ortega, presidente de Filmandes (clúster que reúne a distintas productoras audiovisuales de Mendoza) y productor ejecutivo y socio de Oeste Films y Sur Films. Según Ortega, “la situación actual en el INCAA la podríamos describir como de incertidumbre absoluta: más allá de que se han suspendido pagos y se dieron de baja muchos contratos, lo más preocupante es que no se sabe cuál es la estrategia ni el rumbo que las nuevas autoridades quieren darle. Sin lugar a dudas, coincidimos en que la estructura del Estado que promueve y regula la industria audiovisual en Argentina se debe modernizar, sanear el organismo, ordenar y estabilizar las cuentas y reducir al mínimo posible los gastos superfluos”.
En entrevista con el diario Los Andes, Ortega reconoció que deben hacerse modificaciones al INCAA, sin embargo por la forma en que se está realizando «al margen de los discursos de ajuste, motosierra y demás exabruptos, hay una gran dosis de ignorancia y desconocimiento en el tema y argumentos falaces con una sorprendente superficialidad”.
Por otro lado, Gaspar Gómez, presidente de Realizadores Audiovisuales Cuyo, una de las cinco asociaciones de cine de Mendoza, marcó que «una de las razones del declive del Incaa es que por ley se nutre de un impuesto que aportan los DVDs (la ley es de 1994). Mientras otros países lógicamente migraron esto a las plataformas, en Argentina el Incaa se quedó sin una de las principales fuentes de financiamiento y con el correr de los años dejó que el porcentaje del costo operativo se le vaya a las nubes. Este problema, como el modo de fijar montos del costo de una película argentina y otros tantos temas, han sido parte de los reclamos del sector desde hace ya muchos años. Para hacer una película, los productores arriesgan tanto que cada vez son menos los que se embarcan en semejante proeza de contratación de personal y problemas financieros”.
Sin embargo, de acuerdo con lo señalado por Gómez, las medidas tomadas hasta ahora no van en la dirección de corregir los errores sino de multiplicarlos: “Con esta gestión, muy lejos de solucionar los problemas, por lo pronto solo se han ocupado de echar gente. Por ejemplo, con las bajas de todos los contratos no hay ahora cómo contratar los comités que seleccionan proyectos. Por ende, si no se seleccionan proyectos, no se aprueban películas, y de ese modo se paraliza todo el sector cinematográfico. No es solo que quedaron sin trabajo muchísimos empleados del Incaa. También se quedaron sin trabajo los técnicos que sostienen a sus familias con profesiones específicas detrás de cámara”.
“Siento que lo que están haciendo es como si encontraras una gotera en tu casa y para solucionarlo le pusieras una bomba a la casa y remataras el terreno. Entonces a mí no me parece que te importara demasiado solucionar lo de la gotera. Siento que tu interés era otro”, concluyó Gómez.