Un aplauso de pie a lo largo de 10 minutos coronó la presentación del largometraje documental argentino «Una canción para mi tierra» durante su presentación en el Festival de Biarritz. Sin embargo, lo mejor estaba por llegar, ya que fue galardonado con el premio del público al mejor documental y la mención especial del jurado.
Arte, defensa de la naturaleza y pedagogía se conjugan en un proyecto que nació en Córdoba y fue llevado a la pantalla grande por la productora Cactus Cine, bajo la dirección de Mauricio Albornoz Iniesta.
A propósito, Mercado Audiovisual entrevistó a Albornoz sobre las múltiples dimensiones del proyecto y su obra.
¿De qué se trata Una canción para mi tierra? MA: «Una canción para mi tierra» es un largometraje documental inspirado en el proyecto artístico-pedagógico Canciones Urgentes para mi Tierra, creado por el maestro Ramiro Lezcano. La película narra la historia de este docente rural de música en Argentina, quien descubre que aviones y máquinas terrestres fumigan con agroquímicos cerca de las escuelas, poniendo en riesgo la salud de sus alumnos. Ante esta situación, Ramiro y los niños deciden componer canciones que denuncian esta y otras problemáticas ambientales de su entorno. Sin embargo, la iniciativa enfrenta una resistencia de ciertos sectores de poder y de la comunidad, poniendo en peligro su continuidad. Decidido a hacer oír sus protesta, Ramiro eleva su lucha intentando organizar un concierto masivo en el medio del campo, donde esas canciones puedan ser interpretadas: un verdadero “Woodstock ambiental”.
¿Cómo se gestó el proyecto, y se llevó adelante? MA: En 2013 Sebastián Carreras, junto a Germán Leza y un grupo de periodistas, comenzó a investigar y desarrollar un proyecto sobre el uso de agroquímicos en las cercanías de los pueblos y sus graves consecuencias en la salud de los habitantes, especialmente en los niños, quienes sufrían malformaciones, enfermedades congénitas y cáncer. Este interés previo nos llevó en 2018 a descubrir la historia de Ramiro, un maestro de música en escuelas rurales que, junto a sus alumnos, componía canciones para denunciar el uso indiscriminado de agroquímicos y otras problemáticas ambientales. Estas canciones eran luego grabadas por artistas de renombre, aquellos músicos de los pósters que parecían inalcanzables para los estudiantes. Fue entonces cuando me se sumé al proyecto como Director, impulsado por su conexión personal con las infancias, la música y la docencia. Entonces comenzó la etapa de investigación y de desarrollo de esta historia, obteniendo a fines del 2019 el apoyo del Incaa y del Málaga Festival Industry Zone (Mafiz). Pero en 2020, con la llegada de la pandemia, el proyecto de Ramiro se detuvo casi por completo. En ese momento, la producción de la película se involucró con más fuerza que nunca, con la convicción de revivir la iniciativa. Finalmente en 2022, tras la pandemia, se retomó el proyecto y empezamos a rodar la película que llevó 2 años de filmación.
¿Qué implica el reconocimiento de un festival internacional como el Biarritz? MA: El reconocimiento y apoyo internacional son fundamentales, no solo para la película, sino también para el proyecto en el que se inspira, «Canciones Urgentes Para Mi Tierra». Debido a su origen rural y a las temáticas que aborda —algunas de las cuales resultan incómodas en nuestra región—, este proyecto suele ser frecuentemente invisibilizado. Por eso, el respaldo externo es crucial para darle la visibilidad que merece. Esa es, precisamente, la principal finalidad de la película: poner en el centro de atención esta historia y este proyecto tan relevante.
¿Cómo sigue el proyecto? ¿Qué desearían para el futuro del proyecto? MA: “Canciones Urgentes Para Mi Tierra” es el proyecto principal que inspira una serie de iniciativas, entre ellas nuestra película. Este proyecto abarca diversas acciones: la creación de discos que recopilan esas canciones, disponibles gratuitamente en internet, Spotify y YouTube; capacitaciones en las que Ramiro participa como ponente, brindando charlas a estudiantes y docentes de primaria, secundaria y universidades; la organización de un concierto anual (Concierto Urgente Para Mi Tierra), donde artistas reconocidos, alumnos de escuelas rurales y ambientalistas se reúnen durante un día completo para cantar y debatir sobre problemáticas ambientales; e incluso talleres de cine que estamos llevando a cabo en escuelas rurales con la productora de la película, Cactus Cine. También estamos desarrollando una nueva película sobre el proyecto, esta vez en Colombia, gracias al interés generado en la productora colombiana Punto 8 Audiovisual, así como en diversas escuelas rurales de Bogotá y del Amazonas, y en artistas como Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, de la banda Aterciopelados. Tenemos previsto comenzar el rodaje el próximo año. Todas estas iniciativas se sostienen con mucho esfuerzo y dedicación, totalmente a pulmón, por lo que esperamos que, a través de la mayor visibilidad que estamos logrando, podamos contar con el apoyo necesario para asegurar la continuidad del proyecto y potenciarlo.