Fernando Díaz, de Argentina al estreno en 800 salas en Estados Unidos
Asociado con Áramos CIne y la norteamericana Shudder, el productor argentino cuenta, en diálogo con Mercado Audiovisual, cómo fue el rodaje de «Cuando acecha la maldad», la película de terror que se acaba de estrenar en Estados Unidos y se filmó en nuestro país. En noviembre, llegará a la Argentina. También, sienta posición respecto del debate en torno del INCAA
Fernando Díaz es un producto del mercado audiovisual argentino. De dilatada carrera en diferentes géneros, desde hace unos años su trayectoria se volcó al terror. Justamente, mientras transcurre esta entrevista, su última producción, «Cuando acecha la maldad», se está estrenando en 800 salas en Estados Unidos.
En diálogo con Mercado Audiovisual, no solo contó detalles de esta coproducción internacional (Shudder, Machaco y Áramos Cine) sino que también repasó su camino desde sus primeros cortometrajes hasta el presente.
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Fernando Díaz: Estrenar de esta manera, en 800 salas en simultáneo, es una alegría muy grande. Justo, le escribí a Demian Rugna, el director que está en Estados Unidos, recordando cómo fue el comienzo de este proyecto hace algunos años. Cuando se estrena, comienza otro camino. No solo porque estamos esperando el estreno en Argentina el 9 de noviembre sino que llegar al público siempre es una incógnita más allá de las buenas críticas. Cuando uno cuenta con socios de esta envergadura lo que pasa es impresionante. No me imaginé que iba a pasar todo esto, y que iba a salir en tantas salas además. Para nosotros, como argentinos, es algo que comúnmente le pasa a gente de otros países.
«La diferencia de presupuesto hace que las películas se vean con un valor de producción que tiene parámetros internacionales. En igualdad de condiciones hacemos muy buenas películas».
¿Cómo se llega?
FD: Se llega trabajando mucho, equivocándose mucho y, por sobre todas las cosas, por medio de la persistencia. Obvio, también hay un poco de suerte. Por ejemplo, Aterrados, que es el punto de partida de mi relación con Demian, salió de un concurso del Instituto de Cine. Concurso en el que nos presentamos después de haberlo hecho en muchos otros y perder. Aunque ganamos concursos y premios, son muchos más los que perdimos. Es clave la perseverancia y la constancia porque los proytectos llevan muchos años. A partir de Aterrados, se inició nuestra relación con Shudder, ya que fueron los primeros en interesarse en el exterior. A partir de eso, cuando tuvimos otros proyectos interesantes fueron los primeros a los que acudimos para ver si querían participar. Las diferencias en el mercado son tan grandes, que uno se queda sorprendido porque mi cabeza es la de un estreno en Argentina y, de pronto, la cantidad de salas que hay en otros países es algo increíble. Un aprendizaje es que eso se logra consiguiendo socios adecuados.
Una de las particularidades de «Acecha la maldad» es que fue rodada en Argentina, y que es en castellano. Según Díaz, «Argentina tiene muy buen material humano, muy buenos técnicos, muy buenos actores. La diferencia de presupuesto hace que las películas se vean con un valor de producción que tiene parámetros internacionales. En igualdad de condiciones hacemos muy buenas películas, que no solo tienen buena recepción en el público sino que es más fácil meterlas en festivales. Cada película tiene un proceso, entonces cada uno sabe que si por presupuesto uno saca, por ejemplo, semanas de rodaje, la película va a sufrir».
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¿Cómo fue el rodaje?
FD: Primero, quiero marcar que tratar de encontrar el socio o la socia indicada es una de las claves. En este caso, Roxana Ramos (Áramos Cine), que es mi coproductora, fue la persona ideal para llevar adelante esta película. En una producción de cine, hay un gran trabajo a nivel humano, que se da con tu coproductor, tu director, tu guionista y luego en el rodaje. Las relaciones humanas, en cada proyecto, son las que hacen que el proyecto salga.
¿Por qué elegiste el género de terror?
FD: Vengo de hacer otro tipo de cine. Gané el concurso Historias Breves 0, con un cortometraje hace un montón. Después, hice mi carrera como director y guionista. Era productor, casi obligado, porque nadie confiaba en mí. Ahí me di cuenta que en el exterior y en cierto nicho en Argentina, eran muy fuertes y fieles los seguidores de terror. Es un género que me gusta como productor. A Demian lo conocí en el cumpleaños de un amigo en común, y ahí empezamos a trabajar juntos. Se trata de un género en el que los argentinos nos podemos defender muy bien. Aparte, los seguidores del terror no discriminan por idioma , de hecho la película que se está estrenando va en español. Es algo que consideramos un logro. Eso fue gracias a la confianza de nuestro socio, Shudder.
«Hice mi carrera como director y guionista. Era productor, casi obligado, porque nadie confiaba en mí»
Por último, Díaz aludió al debate en torno del INCAA en medio de las elecciones, marcando que «es muy irresponsable lo que hace Milei y su equipo ya que hay una ley que regula la actividad cinematográfica, a lo que se suma que hay un compromiso por parte de Argentina de fomentar el cine argentino, incluyendo a todas las voces. Fue un modelo en casi todos los países de América Latina. Sin el INCAA, no existe el cine en Argentina, incluyendo a esta película que fue coproducida. Yo soy un producto del Instituto de Cine».
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«Es de una enorme ignorancia decir lo que dice el candidato Milei, porque económicamente es una fuerza enorme el cine y toda la cantidad de puestos de trabajo que genera. Creo que se dice más que nada para hacer un poco de ruido y llegar a la gente que no conoce cómo se financia el cine en nuestra país. En Argentina, el cine no le quita la plata a nadie, porque se autofinancia con impuestos a las entradas de los espectadores de cine, los cánones de los canales de TV, publicidad, etc.», concluyó.